Los empresarios debemos añadir a nuestra lista de resoluciones de nuevo año dedicar diariamente tiempo para pensar. Por lo regular, nuestras horas más productivas las invertimos en las situaciones del día a día. Se nos van las horas en resolver, como decimos coloquialmente, “apagar fuegos”. Es conveniente que demos unos pasos hacia atrás, ver las cosas a la distancia y pensar para poder planificar. Pensar nos ayuda a ver mejor las cosas. Podemos reflexionar sobre ¿dónde estamos?, ¿dónde queremos estar?, ¿cuánto tiempo nos tomará?, ¿qué recursos necesitamos?
En el Puerto Rico que vivimos, pensar no es un lujo, es una necesidad. Diariamente se presentan oportunidades y las perdemos por estar inmersos en la rutina.
Simplemente, cierra los ojos y piensa, o hazlo mientras disfrutas el café de la mañana. En mi caso, mi compañera en el proceso de pensar es Valentina, una “basset hound” de 15 años. Antes de comenzar el paseo mañanero, que a su paso nos toma 45 minutos, identifico la situación sobre la que quiero pensar, al terminar nuestro recorrido debo tener respuestas.
“Quien piensa poco, se equivoca mucho”. Eso lo dijo Leonardo Da Vinci.
Cuando pensamos, somos proactivos y más productivos. Así que saquemos tiempo para pensar.
Este nuevo año comienza planificando tu tiempo libre y dale prioridad a tu tiempo para pensar.